Buscar este blog

lunes, 22 de agosto de 2011

¡¡ que no, que no, que no se privatiza, que no!!


No hay que buscarle tres pies al gato, ni pensar en grandes
elucubraciones, ni en manos negras, es mucho más sencillo
que todo eso. Tanto el Ayuntamiento como la Comunidad de
Madrid necesitan dinero, dinero que han tenido y no han
sabido gestionar, dinero que han despilfarrado a espuertas,
y que despilfarrarán si de nuevo les cae en sus manos, por
ello pretenden privatizar el Canal de Isabel II, para tener
dinero fresco y poder seguir derrochándolo.

Va en su naturaleza neoliberal expoliar al conjunto de la
sociedad y enriquecer a unos pocos, pero no lo expresan así,
sería demasiado claro, y eso no va con ellos, necesitan
enredar, confundir y engañar a la opinión pública, para como
dice el refrán: “A río revuelto ganancia de pescadores”, por
lo que tenemos que escuchar tontunas de esta índole: "Qué
mejor manera de obtenerlos (4.000 millones de euros por su
venta) que salir a Bolsa y hacer que los madrileños puedan
ser propietarios de acciones de su empresa de aguas", como
si el Canal no fuera nuestro, o es que piensan que todos los
madrileños podemos invertir en Bolsa. Por si esto no fuera
suficiente, te escupen a la cara sin ningún tipo de rubor
aquello de: “la gestión privada es más eficiente que la
pública” o “que algunas empresas suponen una carga para el
estado”. No hablaran precisamente del CYII, que año tras año
produce beneficio, siendo una de las empresas públicas más
rentables que tiene la administración.

El agua, el aire, la tierra, los bosques..., deberían de
ser universales, no se puede poner precio a la vida y menos
que el precio lo pongan unas pocas personas sin escrúpulos,
ávidas de enriquecimiento. Estos elementos naturales no
pueden ser gestionados por unos pocos individuos de muy
dudosa honorabilidad, puesto que el resto estaríamos a su
merced, y la vida, la nuestra, estaría en sus manos y eso
nunca se debería de consentir.

El agua es un bien común, no se puede privatizar, pues
privatizaríais un 70% de nuestro cuerpo. Y eso quitároslo de
la cabeza, eso no nunca.

Simón Cortés.